*Por: AMALIA DARIÉN LEIVA*
Pareciera difícil definir de forma central algo que describa a las mujeres en medio de diferentes con textos, escenarios, momentos y silencios ¿mujeres? ¿Mujer? ¿Mujerxs? Porque el feminismo no es sólo teoría del cambio social, también de transformaciones constantes en las visiones y pensamientos.
Y es que cuando se nombra a estas transformaciones podríamos mencionar como los y les feminismos se vuelven más inclusivos, y estas instrucciones se adaptan y logran abrazar con el pasar del tiempo (200 años no son suficientes) a la diversidad de mujeres, entre ellas las eternas antagonistas, pero para nada malas protagonistas de cambios: las mujeres trans.
En la Centroamérica de este doloroso bicentenario, bicentenario a espaldas de las mujeres y sus derechos, es debatido multiplicidad de demandas, pero muy poco de la importancia y lo urgente que se volvería nombrar al transfeminismo.
El transfeminismo ha resultado incomodo, como también resultó incomodo el afrofeminismo de las diferentes mujeres que con las mismas demandas de las blancas y mestizas tanto en Nicaragua y Costa Rica también denunciaron otros sistemas de opresión que pasaban más allá del sexo, la orientación y la misma identidad.
En El Salvador el movimiento trans se logró posicionar y alojarse en el movimiento feminista hasta hace unos pocos años, por ejemplo en el año del 2015 habíamos pocas mujeres diversas que nos autodenominabamos feministas y desde la calle, la casa, la pareja y la desigualdad económica y social también resultamos ser desobedientes de este sistema.
En el transfeminismo,sin pensarlo, desde que gritamos en medio de la clandestinidad en donde la familia, del Estado y la sociedad, hemos logrado pasar de cuerpos de consumo para el placer patriarcal a cuerpos e identidades de sobrevivientes que arrebatan derechos que siempre han sido nuestros.
Es valioso como el feminismo nos permite ampliar la mirada y vernos como diversas. Centrommérica es el mejor ejemplo de ello, la diversidad de luchas que coinciden entre una nación hermana y otra han facilitado que mujeres como nosotras – más allá del trabajo sexual, el VIH la, el estilismo y el comercio informal – tengamos una voz que logra hacer eco y seamos nombradas en este escenario llamado América Central, de ayer de hoy y tal vez de mañana, para nosotras y por nosotras.
- AMALIA DARIÉN LEIVA es activista feminista y defensoras de derechos humanos, salvadoreña y ciudadana.