Palabras de apertura a la celebración de nuestro décimo aniversario en la mesa denominada “Perspectiva ístmica. Mirada, concepto, movimiento y producción de la Articulación Centroamericanista O Istmo” Sede CLACSO, Buenos Aires, 25 de julio de 2024.
*por: CARMEN ELENA VILLACORTA
“Frontera Arrasada” es el nombre que Andrés Felipe Escovar, integrante de nuestra Articulación Centroamericanista O Istmo, coordinador del núcleo Red de Artes Ístmicas (RAI), dio al proyecto de ciclo de entrevistas en vivo que venimos desarrollando, ya en su tercer año de actividad, con artistas centroamericanos de diversas disciplinas. Frontera Arrasada no es solo un nombre fuerte y llamativo, sino una propuesta conceptual.
Lo mismo sucede con el título del programa del Diploma Superior que elaboramos y estamos ejecutando en la plataforma virtual de CLACSO este año. Las especialistas en literatura centroamericana Pilar López y Yosahandi Navarrete nombraron a la propuesta: Centroamérica como idea en (de) construcción.
También la denominación de la colección de libros digitales, en tres volúmenes, de acceso libre y gratuito, que está siendo publicada por la Universidad de Sao Paulo (USP), en Brasil, debe ser destacada: América Central en Perspectiva Ístmica. Con este mismo nombre venimos desarrollando un seminario permanente en el contexto de nuestro Grupo de Trabajo en CLACSO. El seminario cumplirá, a fines de este 2024, dos años de actividades.
“Frontera arrasada”, ‘deconstrucción de la idea de Centroamérica”, “perspectiva ístmica”… ¿De qué se trata? ¿A qué alude esa terminología? ¿Qué es, en definitiva, O Istmo?
O Istmo es, a partir de su propio nombre, una provocación, una invitación y una expresión de rebeldía. Es fruto de la idea de un joven doctorando brasileño-salvadoreño hace más de diez años que decidió afianzar sus raíces centroamericanas, en lugar de olvidarlas. Por eso esta propuesta nació en Brasil y su nombre suena a portugués. Pero hay una razón de ser para ese nombre, que corresponde a relaciones y posiciones político-linguísticas entre el español y el portugués. Aleksander Aguilar-Antunes ha pensado hondamente en ello y debe ser él quien exponga al respecto.
Lo cierto es que su idea, tan apasionada como descabellada, y su voluntad de concretarla, nos ha traído hasta acá.
El hecho de que Andrés Felipe, de origen colombiano, Yosahandi y Pilar, mexicanas, formen parte de nuestra Articulación y estén contribuyendo a su conceptualización de modo tan preciso y afortunado son signos del éxito de este proceso, siempre abierto y en construcción, que es O Istmo.
Descreemos, en efecto, de las fronteras, por eso deseamos arrasarlas, las hemos arrasado y continuamos arrasándolas.
Consideramos a Centroamérica como una idea en deconstrucción. Precisamente, existimos para preguntar: ¿qué es Centroamérica? ¿Es equivalente a América Central? ¿Cuáles son sus contornos? ¿Dónde empieza y dónde termina? Reconocemos los límites geográficos y la existencia de estados nacionales en la región. Sin embargo, proponemos poner todo ello en tela de juicio: también en la ciudad de Los Ángeles queda Centroamérica; Tapachula, Tijuana y los múltiples y abismaticos tránsitos entre ambas ciudades fronterizas están poblados por centroamericanos; nosotros mismos, hijos de la diáspora, no habitamos los territorios ístmicos y, sin embargo, no dejamos nuestra centroamericanidad. Al contrario, la afianzamos cada día.

Como un puñado de países pequeños y violentos que pocas personas saben diferenciar en un mapa, así es percibida nuestra región, pobre y simplificadoramente. Algunos círculos académicos medianamente sensibles incorporan de tanto en tanto a determinado investigador de determinado país a aportar resultados de su investigación en una publicación colectiva.
No nos satisface ese abordaje, no consideramos que la ignorancia en torno de Centroamérica y toda su complejidad se subsane de ese modo. América Central, los territorios ístmicos, como preferimos llamarlos, no se reducen a la suma de los estados nacionales, en primer lugar, porque los estados nacionales mismos son un intento de reducción y simplificación.
Cuestionamos, interrogamos, problematizamos: los modos de comprender y estudiar Centroamérica, el concepto mismo de región, su funcionalidad respecto de un orden mundial en franca decadencia, la inoperancia de los estados nacionales y las democracias fallidas…
Como somos pequeños, debemos hacer ruido para hacernos escuchar. Gritamos, preguntamos, no nos conformamos. No se trata de caprichos, ni de snobismo intelectual. Se trata de asumir responsablemente el desafío de ser centroamericanos, de tener raíces allí, de ser hijas e hijos de tanta exclusión y violencia, de tanta marginalidad, de tanta belleza, de tanta bondad, de tanta sencillez, de tanto talento.
Centroamérica en toda su complejidad y vitalidad, en todo su dolor y potencialidad, nos atraviesa e interpela, nos empuja a abrazarla y pensarla.
10 años no se cumplen todos los días. ¡Estamos de fiesta y nuestra fiesta es, al mismo tiempo, un pie de lucha!

Perseveramos, luchamos, resistimos. Gracias a todas y a todos los que nos han albergado, nos han comprendido y nos han acompañado. Gracias CLACSO, gracias a nuestro GT, gracias colegas, compañeros, compañeras. Gracias O Istmo por permitirnos habitar simbólicamente y en la virtualidad nuestros territorios ístmicos, abriendo espacio para la utopía en medio de la adversidad.
Quienes conocen nuestro trabajo, saben que hemos venido produciendo y divulgando información y análisis sobre las complejas realidades centroamericanas durante años. Nuestra página-web, nuestras redes sociales, nuestros pronunciamientos, boletines, comunicados y la publicación de varios libros dan cuenta de nuestro empeño en dar relevancia a Centroamérica en el ámbito latinoamericano y a nivel mundial.
Todo este acompañamiento a la región ha respondido a coyunturas que las críticas situaciones que se viven en ella han ido demandando. Eso nos ha permitido permanecer con el dedo en el renglón sin sucumbir. Nos ha permitido perseverar. La perseverancia nos ha educado, ha abierto un sendero por el que seguimos caminando, construyendo y madurando como colectivo.
La madurez de nuestra Articulación se expresa en este décimo aniversario. Se trata a la vez de una madurez teórica-epistémica y de una madurez organizativa.
En cuanto organización, esta celebración da cuenta de la naturaleza misma de O Istmo y de su capacidad para tejer articulaciones: articula a Brasil y a Argentina con América Central y México, a la academia con la militancia y el arte, a la universidad con la calle, a la literatura con la historia, a unos países del istmo con otros, a las humanidades, las ciencias sociales y los procesos creativos, a diversas generaciones, a diferentes enfoques disciplinarios, perspectivas teóricas, épocas históricas y quehaceres intelectuales. Es esta nuestra principal fortaleza: articular, vincular, proponer reflexión y acción conjuntas, colectivas, horizontales.
En el ámbito teórico-epistémico, después de casi una década de trabajo —período en el que hemos logrado trascender diferencias y sortear diversos obstáculos, unidas y unidos por el compromiso con el istmo centroamericano— estamos dando a la luz nuestra propuesta: “perspectiva ístmica”.
Es una gran alegría poder convocar a colegas de tan largas trayectorias en los estudios latinoamericanos a discutir esta conceptualización que esperamos continuar madurando y viendo florecer.
Dejo la palabra a ellos y nuestra gratitud.
*CARMEN ELENA VILLACORTA, es doctora en Estudios Latinoamericanos (UNAM, Mexico), integrante del equipo de coordinación general de la Articulación Centroamericanista O Istmo, miembro del GT-CLACSO “El istmo centroamericano: perspectivas epistemológicas periféricas” y docente en la Universidad Nacional de Jujuy (UNJU, Argentina).













