#O Istmo_10años: Desde COSTA RICA, movimientos sociales, pueblos indígenas y academia: Tesituras en la construcción del conocimiento y la acción centroamericanista

*por: DENIA ROMÁN SOLANO y NELISE WIELEWSKI NARLOCH*

La Articulación Centroamericanista O Istmo es una iniciativa política-intelectual que moviliza el establecimiento de conexiones entre la academia, las artes y los movimientos sociales, entre el sur, el centro y el norte de América; entre los países centroamericanos entre sí, entre diversas disciplinas y diferentes miradas sobre lo que convencionalmente se ha llamado como la región centroamericana.

Pero también es una conexión entre personas, colectivos, organizaciones, activistas e ideas creativas siempre en movimiento y en diáspora, tal como se caracteriza, la población centroamericana. De forma colaborativa, aborda temas y problemáticas sociopolíticas, ambientales y culturales de América Central. Nuestra presencia en diferentes ciudades del continente, diversas universidades e instituciones, incluido el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y otras instituciones, evidencia la red de relaciones construida en estos años de actividad.

En el 2024 cumplimos una década de existencia y resistencias. Y para celebrar este décimo aniversario propusimos un programa de actividades, distribuidas entre tres países, Argentina, México y Costa Rica con el objetivo de destacar logros de esta década de jornada centroamericanista y reflexionar sobre temas pertinentes y presentes en la coyuntura actual. Hemos movilizado tres eventos internacionales centroamericanistas por todo el continente que solo fueron posibles a través de la colaboración activa y coordinada de integrantes de nuestra Articulación, de las entidades donde laboramos, de las diferentes instancias asociadas, de nuestros vínculos con los movimientos sociales y con el respaldo y apoyo directo de CLACSO.

Junto a CLACSO, desde 2016 mantenemos labores en cuanto uno de sus Grupos de Trabajo (GT – El istmo centroamericano: perspectivas epistemológicas periféricas) que especializa en estudiar y difundir diferentes miradas sobre las coyunturas de la región. Un vínculo que hace posible visibilizar movilizaciones, destacar la producción y circulación de conocimientos sobre las lógicas políticas, económicas y socioculturales imbricadas en la territorialidad centroamericana.

Todos estos espacios, lugares y participantes se han constituidos a través de enlaces colaborativos, voluntarios y logísticos permitiendo construir eventos de diálogos abiertos, de colaboración académica, sensibilidad artística, sororidad y valorando la diferencia de conocimientos.

“¡No somos bicentenarios, somos milenarios!”

Bajo el tema Movimientos sociales, pueblos indígenas y academia: Tesituras en la construcción del conocimiento y la acción fue celebrado los 10 años de O Istmo en Costa Rica, el último país de los tres donde estuvimos en actividades de aniversario de nuestra Articulación.

Este evento tuvo como propósito concentrarse en el tercer aspecto de la triada epistémica de nuestra articulación: los movimientos sociales. Los movimientos en y desde subalternidad se constituyen en la permanente construcción de las sociedades centroamericanas generando los caminos colectivos, las resistencias, apropiaciones/desconstrucciones políticas y culturales del mundo global desde el istmo. Son, además, las respuestas más evidentes de los problemas y desafíos regionales.

Focalizamos en la presencia y la acción indígena como contrapunto a la lógica dominante del bicentenario de la independencia de la región. Este bicentenario, entendido como un referente que transforma la dominación de un centro hegemónico colonial europeo, por la dominación de la idea del Estado-nacional, es un axioma fundamental de la expansión de la modernidad. De allí el título de la actividad que emana de una frase muy repetida desde el 2021 por los líderes y lideresas de los pueblos indígenas y afrodescendientes. Su presencia evoca no solo la alteridad nacional y civilizatoria, sino que también reivindica el lugar como sujetos históricos y agentes de futuro y de transformación.

La celebración tuvo como fecha el jueves 12 de diciembre del 2024, con el horario de 9am-6pm, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR – Universidad de Costa Rica, y fue organizada en dos momentos: un tallerde trabajo interno y un panel, ambos pautados en lo que nuestro GT-CLACSO denomina perspectivas epistemológicas periféricas.

El taller tuvo como objetivo provocar un análisis entre personas lideresas indígenas de Nicaragua y Costa Rica, personas académica y miembros de la organización O Istmo. A partir de la experiencia y el conocimiento sobre la conflictividad, las vivencias comunitarias y las violencias explicitas y latentes, –como a las que comúnmente nos enfrentamos en esta región— se generó un diálogo participativo. Cada participante compartió sus experiencias organizativas y de lucha, así como sus relaciones con universidades y la cooperación internacional (ONGs), señalando ejemplos exitosos y fracasos. De la misma forma, las personas académicas presentaron sus experiencias de investigación, los intereses institucionales, las exigencias de empleadores o cooperantes y sus vínculos con comunidades, movimientos y luchas.

Como uno de los resultados de este momento de diálogo, las personas indígenas concluyeron que hay una serie de principios claves que las universidades, la cooperación académica como CLACSO, y la “cooperación para el desarrollo” deben seguir cuando interactúan con pueblos indígenas y sus organizaciones, particularmente desde en Centroamérica. A seguir destacamos 12 de ellos[1]:

1.Equilidad en una relación desigual.

Partir de que existe una condición de la desigualdad y asimetría de poder en las relaciones entre personas o líderes indígenas/afrodescendientes y las personas académicas o profesionales “del desarrollo”. Reconocer tanto la colonialidad y el racismo como la resistencia y la energía para contrarrestarlos de parte de las personas, comunidades y organizaciones indígenas y afrodescendientes. Entender y reconocer las desigualdades.

2.De objetos a sujetos.

Dejar de considerar a los pueblos indígenas y afrodescendientes únicamente como “objetos de estudios”, o “receptores” de ejecución de fondos o comunidades minimizados por su condición de vulnerabilidad socioeconómica. Considerarlos sujetos que construyen una visión propia de su existencia y su desarrollo.

3.Respeto y equidad.

Como no hay una relación equilibrada entre personas o líderes indígenas o afrodescendientes con las personas académicas o profesionales “del desarrollo”, todo proyecto debe establecer relaciones de respecto, participación y un trato entre iguales. Estosdeben exponerse de manera explicita en las acciones y en la metodología o estrategia de trabajo de los proyectos y no sólo de manera discursiva.

4.Autonomía.

Entender que las comunidades, organizaciones y territorios indígenas son autónomos. Toman decisiones colectivas desde sus asambleas o espacios sociales tradiciones y desde sus cosmovisiones y normas propias. Así que las actividades de los proyectos de investigación o “de desarrollo” deben de adaptarse a esta condición y fortalecerla, ya que por sí misma genera transparencia, interés colectivo genuino y un equilibrio político. [2]

5.Pueblos históricos.

La condición actual de las comunidades indígenas y afrodescendientes tiene la impronta histórica de haber pasado por diversos procesos invasivos y desestructuradores, fueron sociedades coloniales, sociedades estatales, muchas pasaron por misiones religiosas y diferentes proyectos culturales, sociales, educativos, de salubridad y económicos de carácter muy violento. Son sociedades que actualmente hace parte de la sociedad nacional (e internacional) pero que mantienen una lucha, persistencia histórica y un proyecto futuro de ser, pensar, hablar y vivir diferente, aunque formando parte de la sociedad nacional. No son “fósiles vivientes” que el romanticismo académico o la filantropía internacional evocan, sino pueblos históricos y en movimiento.

6. Participación y consulta.

Hacer el esfuerzo de que los proyectos, así como su comunicación y difusión sea a nivel comunitario, lo más amplio y transparente posible. Involucrar en las decisiones del proyecto a la mayor cantidad de lideres, lideresas y organizaciones locales desde su gestación y hasta su cierre. Estar atento a involucrar mujeres y jóvenes. Fomentar y aplicar, cuando sea necesario, la consulta previa libre e informada. Evitar trabajar sólo con una organización, o una familia o una sola persona, para impedir la dependencia asistencialista y desigual que durante mucho tiempo el Estado, las denominaciones religiosas, las ONG`s, las empresas y las universidades han establecido.

7.Comunicación en términos adecuados y sensibles a la vida local. Los proyectos de investigación de universidades o los proyectos de desarrollo de las agencias de cooperación deben mantener una comunicación constante y de doble vía con las personas indígenas, las organizaciones y comunidades. Se debe buscar parámetros de comunicación y lingüísticos apropiados. Esto permite que, no solo localmente se entiendan los propósitos de los proyectos, sino que académicos y profesionales entiendan mejor las necesidades, problemáticas y coyunturas por las que pasan las comunidades. Hace que comprendan que el “proyecto” es solo una cosa de la vida de la comunidad o de la organización y que algunas veces, no es lo más prioritario o urgente o más importante por resolver. También en fundamental que tanto proyectos académicos como estales, y “de desarrollo” coordinen entre si sus acciones en los espacios comunitarios donde convergen.

8. Escucha y aprendizaje con ética por el conocimiento nativo.

Aproximarse a las comunidades indígenas y afrodescendientes, a sus organizaciones y a las personas especialistas (como guías espirituales, curadores/as, agricultores/as, artesanos/as, mayores, etc.) en una condición de escucha y aprendizaje. Aprender a escuchar y a comprender, especialmente en lo que respecta a su relación vital con el entorno natural (bio-socio-territorial). Tener extremo cuidado y una estricta ética con el manejo del conocimiento y arte indígena, así como de su autoría sea colectiva e individual. El dialogar y el aprender “del otro” debe darse en un proceso de intercambio simétrico y equitativo, implica también respetar y valorar sus conocimientos y sus artes. Si hay necesidad de difusión pública debe seguirse la misma rigurosidad que se sigue con conocimientos científicos y artes (occidentales y dominantes).

9.Eliminar el extrativismo y el utilitarismo.

La relación de desigualdad facilita que se dé un extrativismo sobre los conocimientos, artes y saberes indígenas y afrodescendientes (como por ejemplo la biopiratería). Así mismo, proyectos tanto académicos como de “desarrollo”, puede manipular o utilizar la condición de “pobreza” o “necesidad” como criterio para la obtención, administración y ejecución de fondo de carácter humanitario, que llegan con poca incidencia en las comunidades. Es necesario además desarrollar estudios y análisis sobre el valor ontológico de los conocimientos indígenas que dimensionen sus otras formas de pensar y de construir conocimientos. [3]  

10.Resultados y productos.

Antes de iniciar con un proyecto debe establecerse claramente y de forma adecuada como se van a compartir y a presentar los resultados y productos ante la comunidad. Los estudios académicos o los informes finales de proyectos de desarrollo (así como el financiamiento y la ejecución) deben mostrarse abierta y claramente en las comunidades y especialmente a las personas u organizaciones que estuvieron más involucradas.

11.Nuevos paradigmas de colaboración.

Los proyectos deben desarrollar modelos de cooperación más igualitarios, involucrando en sus equipos de trabajo a personas indígena (sea estos profesionales o bien “especialistas” tradicionales), que tenga una participación efectiva desde la planificación del proyecto hasta su cierre. La participación en los equipos permite generar más capacidad local, experiencia, así como sentido de pertenencia.

12.Aspectos prioritarios en el contexto de Centroamérica.

A partir de las experiencias de las personas participantes, se delimitaron de manera general algunos aspectos prioritarios que los organismos de cooperación, OGN´s y universidades podría abordar: a-mapeo comunitario, gestión y recuperación territorial, b-capacitación jurídica y técnica, c-recuperación de la memoria comunitaria y la cultura de manera participativa, d-educación y medicación pedagógica con pertenencia cultural y lingüística, e-universidades más inclusivas para persona indígenas y afrodescendientes, y d-apoyo en las luchas ambientales y anti extractivas.

Articular es entretejer: la praxis centroamericana-ístmica de O Istmo

El panel presentado en el segundo momento buscó aportar insumos, ideas y conceptos híbridos que se aproximen a acciones y conocimientos más simétricos desde la particularidad de Centro América y su actual coyuntura. Moderados por la Dra. Nelise Wielewski Narloch, personas miembros del O Istmo  participaron con los siguientes temas:

Dra. Carmen Elena Villacorta con la ponencia: O Istmo y su décimo aniversario; la Dra. Denia Román Solano: Porque celebrar los 10 años de O Istmo hablando sobre movimientos sociales y pueblos indígenas; el Dr. Amaral Arévalo: Vinculación del activismo LGTBQ+ y la academia. Posibles espacios de interconexión con O Istmo y el MSc. y escritor Eduardo Fonseca: Poesía de Centroamérica.

O Istmo en Costa Rica: Dra. Denia Roman Solano, Msc Eduardo Fonseca y Dra Nelise Wielewski Narloch

Como cierre de este espacio dos personas participantes representantes de los movimientos sociales realizaron un balance del taller; refirieron brevemente a la experiencia anterior y reflexionaron sobre varios de los doce principios señalados anteriormente. Esta actividad quedo grabada en el siguiente enlace:

Debemos recalcar que ambas actividades organizadas en el mismo día fueron concebidas como un ejercicio de encuentro y de reflexión plural que buscó poner en debate uno de los requisitos más comúnmente solicitados por las universidades, las entidades académicas y las agencias de cooperación internacional, referidos a vincular en su quehacer y en sus proyectos a los agentes de la sociedad civil y de los movimientos sociales.

Estos requerimientos se vuelven difusos ante la particularidad social, política y cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes, sus acciones, la subalternidad de sus luchas y proyectos, así como sus aspiraciones desbordan justamente los límites de la modernidad que la “ciencia” o “el desarrollo” buscan con la investigación o la cooperación. Pero también, es fundamentar reconocer las desiguales relaciones entre lo académico-institucional y lo comunitario. No son los mismos terrenos epistémicos, ni pragmáticos donde los actores y actrices se mueven. Hay vulnerabilidades constantes por parte de los pueblos indígenas y hay lugares de preeminencia y privilegio para la académica y agentes de cooperación internacional. De igual manera, a lo interno de las luchas y los activismos indígenas hay diferencias que atraviesan las condiciones género, etarias, culturales, geográficas y contrastes entre activistas de base comunitaria y activistas profesionales.

 Hay que señalar que, pese a la existencia de estos requerimientos, pocas veces se ha estudiado como es la forma más adecuada y orgánica de establecer estas relaciones con las personas líderes indígenas, sus organizaciones y comunidades, ya que hablamos evidentemente de ámbitos muy divergentes, pero que desde los cuales, se asume como un hecho dado la comunicación y la cooperación. Además, de que es claro que las relaciones entre ambos sectores han existido históricamente.

A título de conclusión, se pone en evidencia la importancia de dar seguimiento a las propuestas resultado de esta práctica participativa. Es de vital importancia profundizar las discusiones sobre las relaciones de poder que entretejen las acciones e intereses entre estos actores, delimitar historicidades específicas, señalar el abanico de los derechos indígenas que se ostenta a nivel internacional y desde los países centroamericanos, así como su praxis, contradicciones y la complejidad de los racismos. Esto en su conjunto es un insumo fundamental para seguir generando discusiones, análisis y eventuales líneas que guíen una relación más respetuosa desde O Istmo y de las entidades académicas externas.

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*DENIA ROMÁN SOLANO Doctora en Antropología. Profesora en la Escuela de Antropología de Universidad de Costa Rica (UCR) e investigadora del Centro de Investigaciones Antropológicas (CIAN), de la misma universidad. Realizó estudios en la Universidad de Costa Rica, y en Brasil, en la Universidad de Brasilia (UNB) y la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC). Integrante del equipo coordinador de la
Articulación Centroamericanista O Istmo y del GT CLACSO El istmo centroamericano: perspectivas epistemológicas periféricas

**NELISE WIELEWSKI NARLOCH tiene un doctorado del Programa Interdisciplinario de Letras y Artes para América Central con énfasis en Teología, por la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA). Maestra en psicopedagogía en la ULASALLE, en el mismo país. Migrante brasileña radicada en Costa Rica desde 2002. Es docente de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión (UNA) integra el GT-Clacso El istmo centroamericano: perspectivas epistemológicas periféricas y la coordinación de la Articulación Centroamericanista O Istmo


[3] Ver el tratado de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual -OMPI- sobre Propiedad Intelectual, Recursos Genéticos y Conocimientos Tradicionales Asociados (2024). Así mismo considerar los principios CARE (Principles for Indigenous Data Governance, en español principios CREA, así como la propuesta del Grupo de Interés en Soberanía de Datos Indígenas, Research Data Alliance. (septiembre 2019) más información: https://www.gida-global.org/care


[2]Considerar la Primera Declaración de Barbados por la Liberación del Indígena de 1971 (https://www.lacult.unesco.org/docc/Barbados_1971.doc), el Convenido 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independiente de la Organización Internacional del Trabajo (1989), ratificado por los siguientes países en Centroamérica: Honduras, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica. Igualmente, considerar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígena (2007), entre otros instrumentos internacionales.


[1] Estos puntos fueron sugeridos y redactamos de manera individual por las personas participantes indígenas y luego discutidos ampliamente en colectivo. Se modifico la redacción original tratando de incorporar y sintetizar las ideas y acuerdos de la discusión.

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