*por: CHRISTY NAJARRO GUZMÁN*
Crecimos en Santa Tecla, El Salvador, en una casa llena de música. Mis padres tenían discos LP que, en algunas ocasiones escuchábamos, entretanto, somos de la generación de las cintas casetes, de los programas de las estaciones radio y sus comerciales. Somos de la época en que llamábamos al locutor y le pedíamos canciones para grabarlas. Recuerdo que, de niñas, no nos perdíamos la hora del cuento en la radio UPA. Son momentos que guardo en la memoria, como se guarda un tesoro en el mar: son memorias de reencuentro con la simplicidad de los sueños.
Anita aún no era publirrelacionista, era mi hermana a quien admiraba (admiración que ha crecido con los años). Fuimos creciendo y recuerdo que, como lo comentamos en la entrevista, en un pequeño radio, mi hermana grababa historias: “desde mi adolescencia, comencé a sentir aquel gusto… teníamos una pequeña radio… en la grabadora de radio grababa mis propios cuentos y grababa voces…”; en ese mismo radio intentamos grabar canciones, toda adolescente quiere volverse cantante en algún momento de su vida (creo).
El día 17 de mayo del corriente, Anita, ahora la comunicadora ANITA NAJARRO, en entrevista para nuestro proyecto O Istmo: Frontera Arrasada: territorio de palabras ístmicas, compartió una de mis historias favoritas de nuestra infancia: de niña jugaba a desarmar las cintas casetes para rearmarlas, algo que también hacía con las cintas de vídeo de VHS: era una época en que no había internet ni tampoco streamings de música. La entrevista fue una plática tan rica e íntima, donde la historia de la radio salvadoreña (o una parte de ella) tomó vida.
Una de las experiencias que Anita Najarro compartió con nosotros fue su incursión en las radios salvadoreñas: era inicio de los 2000´s y, como aprendiz llega a la radio ABC, donde tuvo como maestro a Joaquín Aguilar, de quien dice haber aprendido mucho: “hicieron un casting para jóvenes… nuevos talentos y afortunadamente quedé… prácticamente fue como una escuela y yo me quedé con esa espinita”.
De esa época recuerdo el brillo de sus ojos al contarnos en casa sobre sus experiencias en la radio, recuerdo también sus preocupaciones, una joven llena de sueños y desafíos por delante.
Posteriormente, estudió Relaciones Públicas en la Universidad Francisco Gavidia (UFG), donde la carrera, según nos relató, estaba bajo la dirección de la Facultad de Economía y, siendo así, la carrera estaba muy enfocada en el mundo corporativo, cursó cursos de matemática financiera y administración y, aún con la “espinita” de su experiencia en ABC, buscó el Centro de Opinión Pública de la universidad, donde conoció a César Barrientos, con quien ha desarrollado varios proyectos en la radio que, ahora, tiene su sintonía FM: “pasaba ahí todas mis tardes…tenía clase de las 6:30 de la mañana, a veces regresaba a la casa o me quedaba de una sola vez ahí, desde las dos de la tarde estaba haciendo turno hasta las 7:30 de la noche … me fascinaba estar ahí”.
Fue ahí donde comenzó su carrera en el universo de la radiofonía: tuvo un programa de radio de música electrónica (cuando recién empezaba a tomar fuerza este género musical), de esa época recuerdo algo que creo no haber comentado en la entrevista: su carpeta llena de CD´s de los más variados géneros… Efectivamente siempre fue una estudiosa y apreciadora de la música. También ha sido la voz de un programa de cine y, ahora de un programa de rock nacional. También nos habló sobre su carrera en el mundo de la publicidad comercial y como, con el tiempo, se transformó en la voz oficial de la Radio Punto 105, antigua Radio Virtual de la UFG.
Mientras nos iba contando sobre su trayectoria, pudimos hablar un poco sobre el “derecho de piso”: “ordenar la música… aprendí con cartuchos de comerciales, aprenderse el orden en que estaban los CD´s, porque había tiempos que cumplir y todo eso… a mí me tocó pagar recibos… pasabas unas situaciones complicadas, porque se mencionaba, en ese entonces, que no se te subiera a la cabeza el hecho de estar en radio, que estuvieras como aterrizado… que te hicieran caer en el piso para poder crecer, hoy creo que no es así”. Cuando llegó a la radio virtual, comenta, las cosas ya eran un poco diferentes, entre ellas, la amabilidad y la tranquilidad de compartir conocimientos sobre el medio: “hoy hay otros factores que tomar en cuenta”.
Nos comentó también sobre el cambio con relación a la presencia de mujeres en el medio: “como en muchas profesiones, fue dominada por hombres la radiodifusión, costaba… [había que] dar a entender que teníamos la capacidad de dar opinión y que tu voz diera esa opinión a una audiencia … hoy hay más apertura… tanto en radio y televisión, son una voz en programas deportivos, por ejemplo, que ahora estoy tomando contacto con ello, pero sí ha tenido que marcarse y decir aquí estoy porque sé”. Nos habló también sobre la dificultad de los tiempos de pandemia, además de cómo también esa fue un momento, a pesar de la dificultad, pudo desarrollar la versatilidad en el espacio y en el arte de la radiodifusión, actividad la cual Anita Najarro afirmó que puede ser comprendida como arte: “el arte también lleva una técnica para cumplir lo que la audiencia debe digerir… más que un arte, es un privilegio… y una responsabilidad. Hay un equipo de personas para hacer llegar un mensaje”.
La entrevista fue el espacio de poder encontrar a una profesional completa, con dominio de palabra, con una gran trayectoria en la radiodifusión, diría yo, un poco distante de ese universo, una trayectoria en el arte del uso de la voz. Para mí, en lo personal, fue el reencuentro con mi hermana, de quien he acompañado su camino profesional con admiración de quien se inspira en alguien para hacer su propio camino… si bien los problemas técnicos previos a la entrevista me dejaron un poco nerviosa, pienso que, al final, este momento fue un regalo: aprendí mucho sobre este universo en una nuestra plática, fue el reencuentro con recuerdos y memorias, sobre una esfera de las comunicaciones de El Salvador que quizás no prestamos atención porque hace parte de nuestra cotidianidad de manera, a veces, tan automática.
En esta plática tuvimos la oportunidad de acompañar no apenas la trayectoria personal de una publirrelacionista versátil, como ella misma afirma, sino también, la historia de la evolución del arte de la radiodifusión salvadoreña.
*CHRISTY NAJARRO GUZMÁN es Dra. en Literatura, cuentista, cronista, profesora de español y de portugués como lengua extranjera. En 2019 publicó el cuento “Entre el hielo y la cocina” en el libro Esto no es cuento, bajo la editorial Índole, de El Salvador. Hace parte de la Red de Investigación de las literaturas de mujeres de América Central (RILMAC) y del núcleo RAI (Red de Artes Ístmicas) de la Articulación Centroamericanista O Istmo, integrando también el Grupo de Trabajo CLACSO : “El istmo centroamericano: perspectivas epistemológicas periféricas”














