* Por Rudis Yilmar Flores Hernández
Es importante comenzar pensando sobre el significado que tiene para los países como El Salvador el triunfo en segunda vuelta de Dilma Rousseff y esto se corresponde en términos de la política exterior de Brasil con el resto de América Latina. Seguramente para los brasileños y brasileñas es para algunos un voto de confianza para otros una continuidad al igual que los gobiernos de Lula da Silva y muchos que votaron por Aécio Neves apostaban por el regreso de las políticas neoliberales promulgadas por el consenso de Washington y favorable a la política exterior de los Estados Unidos con la mirada puesta en fortalecer la iniciativa de Integración Regional promovida por los gobiernos neoliberales en una clara intención de contrarrestar los procesos de integración latinoamericana promovidos por los gobiernos de izquierda y de aquellos considerados críticos del modelo neoliberal.
Un posible gane de Neves hubiera implicado un cambio de timón en la política exterior, criticaba al gobierno de Rousseff por el apoyo que generaba a los gobiernos de izquierda y progresistas, su propuesta era cambiar el rumbo en la búsqueda de nuevos mercados con Estados Unidos, Asia, Europa como lo realizaron países como Chile, México y Perú en la Alianza del Pacifico.
Según el ex presidente Luis Inacio Lula da Silva, con Aécio sería una confrontación de proyectos antagónicos, el neoliberalismo de los 90 que quiere volver y el post neoliberalismo de los 2000 que debe mostrar su viabilidad política en un momento que está cuestionado económicamente (a pesar de sus buenos resultados sociales), en cambio con Marina Silva hubiese sido más difícil en una segunda vuelta puesto que ella es muy parecida al PT.
Actualmente, La política exterior vigente de Brasil está basada en la posición del país como una potencia regional en América Latina, un líder entre los países en vías de desarrollo y una de las superpotencias emergentes. En general, la política exterior brasileña se ha reflejado en el multilateralismo, la resolución de disputas de forma pacífica y la no intervención en los asuntos de otros países. La Constitución de Brasil determina que el país debe buscar una integración económica, política, social y cultural con las naciones latinoamericanas.
Hay que destacar que Brasil es un país miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), del Grupo de los 20 (G20), de la comunidad de Países de lengua portuguesa (CPLP), Unión Latina, Organización de los Estados Americanos (OES), Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI), Mercado Común del Sur (MERCOSUR), de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y de los países de economía internacional conjunta de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS)y miembro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Muchos gobiernos latinoamericanos celebraron la victoria y es por la trascendencia que tiene en los procesos integracionistas y en las relaciones comerciales, políticas, culturales que se manifiestan con la mayoría de gobiernos, al respecto el presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén saludaba la victoria electoral de Dilma Rousseff que en un balotaje logró la reelección en la presidencia de Brasil. “Felicitaciones a la presidenta Dilma Rousseff y al pueblo brasileño por la victoria electoral de este día”, indicó el mandatario en su cuenta en Twitter. Sostenía, es “Día de fiesta en Brasil y América Latina: nuestros pueblos han decidido seguir construyendo su bienestar y felicidad. Por su parte Cristina Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales, Nicolás Maduro y otros mandatarios expresaron una vez conociendo los resultados sus felicitaciones a la presidenta y expresaron su satisfacción de seguir el trabajo integracionista emprendido por el presidente Chávez desde 1999 cuando ascendió al poder por primera vez.
El Salvador al igual que otros países con economías desgastadas por el neoliberalismo tiene sembradas sus expectativas sobre los procesos donde la democracia toma mucha fuerza y se abren espacios para el establecimiento de relaciones de cooperación y respeto mutuo, en el caso salvadoreño las relaciones con Brasil se vieron fortalecidas con la llegada al gobierno por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en el año 2009, el presidente Mauricio Funes promovió la inversión de empresarios salvadoreños en la economía brasileña y en los últimos años se firmaron convenios de cooperación en áreas de desarrollo agrario y el fortalecimiento de la agricultura familiar, cooperación técnica en el área social; una carta de intenciones entre el Banco Nacional y el Banco Multisectorial de Inversiones sobre el mecanismo de financiamiento de la flota del transporte público de El Salvador para lo cual está por terminarse de construir un nuevo sistema vial que permitirá el trasporte exclusivo de pasajeros con mayores medidas de seguridad. En los últimos años gobernados por la izquierda se produce un incremento en las exportaciones salvadoreñas a Brasil en la venta de atún, productos o desperdicios de aluminio, ropa de algodón, tejidos de punto, láminas de plástico entre otros y en las importaciones sobresalen vehículos automotores, medicamentos, gasolina, alcohol etílico.
Hay que destacar que las relaciones diplomáticas pasan por su mejor momento, desde el periodo del presidente Mauricio Funes se han suscrito una cantidad de acuerdos que implican la cooperación del gobierno brasileño, en el 2010 se registra una visita del ex presidente Lula donde se suscribieron acuerdos para cooperación en el área agrícola, desarrollo social, transporte público y salud.
En Visita oficial el presidente Funes en el 2009 sostuvo un encuentro privado con el Señor Presidente da Silva y luego sostuvo un encuentro con la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo. En dicha oportunidad paralelo a la reunión privada de los Señores Presidentes, se celebraron reuniones Ministeriales sectoriales, con el objetivo de iniciar la identificación de temas de interés común y posteriormente definir proyectos específicos de cooperación bilateral. Como Resultado de dicha visita se adoptó un Comunicado Conjunto que integra los acuerdos alcanzados por ambos países.
En el fortalecimiento de las relaciones en los últimos seis años los gobiernos tanto de Lula como Dilma han coincidido en la visión de priorizar los temas sociales e impulsar el apoyo reciproco de iniciativas que busquen combatir la pobreza, fomentar la integración regional y los acercamientos de integración regional entre los países centroamericanos y Brasil, así mismo el apoyo de iniciativas en materia energética, a través del intercambio de las experiencias de Brasil en la producción de biocombustibles, la fomentación de la cooperación en áreas de seguridad alimentaria, deportes, salud y seguridad ciudadana entre otros.
Algo debe estar claro con las resientes elecciones en Brasil, una cosa es el reconocimiento que tiene el triunfo de Rousseff en toda América Latina y otras partes del mundo, otra cosa es hacer una lectura de la política interna donde será necesario replantear el programa de gobierno y darle más atención a los viejos problemas estructurales que vive la población y que bien se expresaron con las movilizaciones sociales durante la realización del mundial de futbol en junio del presente año donde hasta los resultados expresan la misma crisis de identidad que enfrenta el futbol brasileño.
Rudis Yilmar Flores Hernández é sociólogo, Profesor de la Universidad de El Salvador, San Miguel, C.A ryflores.ues@gmail.com